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Historia
Aparece como referencia en pinturas cristianas en la mano del Niño Jesús. Se dice que simboliza la fortuna, la buena suerte y la fertilidad. Por su forma redonda, se le otorgan propiedades de eternidad e inmortalidad. Su color amarillo la hace principal referente del sol. Nutricionalmente es una fuente de vitamina C, flavonoides y aceites esenciales. Se caracteriza por su aroma y sabor ácido-dulce.