Por Lina Vanegas*
Siglos de tradición cultural, artística, gastronómica e histórica hacen de la bella Italia un territorio mágico para descubrir. Un país imperdible que ha hecho grandes aportes a múltiples campos entre los que se destaca la coctelería. La mayor enseñanza en esta rama, está relacionada con la creación de bebidas de vino como el vermouth, los amaros o amargos, los bitters como el campari y por supuesto el espumante o proseco.
Otra de las grandes contribuciones de esta cultura, es el uso de hierbas mediterráneas en la elaboración de los bitters y los vermouth, que sin estos ingredientes no serían lo que son hoy en día.
Una cultura donde predomina la mezcla, el placer y el hedonismo. El disfrute y el gozo hacen parte fundamental de la vida de todo italiano, hasta el punto de tener expresiones como “Il dolce far niente” o ‘lo dulce de no hacer nada’, para expresar la sensación resultante del simple hecho de no hacer nada. Es por esto que los italianos son uno de los pocos pueblos que han aprendido a disfrutar de cada momento de la vida con total plenitud y desparpajo a tal punto que el gozo y la risa hacen parte de la cotidianidad ciudadana.
La bondad de su gastronomía, de sus pequeñas calles llenas de historia hasta en el último ladrillo hacen que los turistas y locales se enamoren fácilmente de una cultura imponente que tiene los cimientos de la historia de la humanidad.
Dentro de su más grande aporte a la coctelería podemos destacar las siguientes 4 bebidas:
1. Bellini: un cóctel creado por Guiseppe Cipriani en 1945, a base de champán y melocotón. Sobre su origen se dice que fue creado en Harry's Bar en Venecia, donde solían beber grandes personajes de la historia como Orson Welles y Ernest Hemingway. Su nombre se hizo popular hasta 1848 donde por su característico color rosa se relacionó con el pintor renacentista Giovanni Bellini, quien solía usar rosas en sus pinturas.
Es uno de los cócteles clásicos en la temporada de primavera y verano. Su base es el prosecco o champagne. También se le pueden añadir unas gotas de limón para aportarle más acidez y decorarlo con trozos de melocotón.
2. Garibaldi: Campari con zumo de naranja hace referencia al héroe italiano Giuseppe Garibaldi, el rojo del Campari recuerda al color de su camisa por la que se hizo célebre y el zumo de naranja hace referencia a su desembarco en Sicilia, donde los cítricos son uno de los cultivos más importantes de la isla.
Tiene un grado de alcohol medio y se puede beber como aperitivo o como bebida larga (en vasos o copas de mayor capacidad).
3. Negroni: es un cóctel clásico para la temporada invernal, se basa en la mezcla de Campari, Martini rosso y gin. Tiene una alta dosis de contenido alcohólico por lo que resulta perfecto para lugares con temperaturas muy bajas. El vaso clásico para un Negroni es el llamado Old Fashioned, un vaso bajo y ancho.
Su nombre se refiere al apellido de su creador el Conde Camilo Negroni, se inventó aproximadamente en el año 1920, en Florencia. El cóctel preferido del señor Negroni era el Americano, pero el creía que aún podía ser mejor y más fuerte, por ello le pidió a su cantinero que sustituyese la soda por gin y así nació el Negroni, un trago espectacular. Este trago se considera como un excelente aperitivo y uno de los tragos más importantes de Italia.
4. Rossini: es una variante del cóctel Bellini, Tintoretto y Mimosa, creado en la segunda mitad del siglo XX, es típico en Venecia. Su nombre rinde homenaje al compositor italiano Gioachino Rossini. Se prepara con puré de fresas frescas y prosecco (o champán).
Se sirve en copas y tiene un sabor dulce, algo ácido pero refrescante, con un característico color rojo gracias a las fresas.
*Lina Vanegas
Editora de contenido. Comunicadora Social y Máster en Dirección de Comunicación Corporativa.