Louis XIII

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Brandy / Cognac

Historia
Para la elaboración del cognac Louis XIII, Rémy Martin utiliza sólo uvas procedentes de la zona (cru) más prestigiosa de Cognac, la Grande Champagne. Esta región posee una ubicación excepcional. Los viñedos quedan protegidos de las condiciones climatológicas extremas, mientras que su suelo, altamente calizo, permite que las vides claven sus raíces en el corazón de la tierra, atrapando toda la riqueza contenida en ella.
Según la Denominación de Origen Controlada (A.O.C – Apellation d’Origen Contrôlée), sólo aquellos aguardientes producidos con uvas procedentes de las regiones de Grand Champagne y Petite Champagne pueden calificarse como Fine Champagne Cognac. Estos aguardientes poseen un potencial de envejecimiento único, lo que los convierte en bebidas muy buscadas y apreciadas. Todos los productos elaborados en la Maison Rémy Martin son Fine Champagne Cognac.

Características
El proceso de destilación combina el savoir – faire de hombres y mujeres instruidos en este arte, generación tras generación, y la búsqueda de la perfección que caracteriza a la Maison Rémy Martin. Hoy en día, este proceso sigue siendo fiel a un método de destilación tradicional, realizado in situ y en pequeños alambiques de cobre. Así se consiguen aguardientes de una riqueza, intensidad y permanencia en boca excepcionales.
La selección de cada aguardiente es un acto delicado, que precisa experiencia y maestría. Aquellos aguardientes destinados a elaborar Louis XIII entran en un largo proceso de envejecimiento y de mezcla. El conocimiento de la Cellar Master y su visión de futuro son fundamentales en el “sagrado” momento de la mezcla. La Cellar Master, Pierrette Trichet, supervisa la evolución de cada uno de dichos aguardientes en su barril de roble, efectuando degustaciones con regularidad. Como en una sinfonía, cada aguardiente aporta su nota aromática. Pierrette Trichet, respaldada por su equipo de degustación, selecciona y combina los aguardientes. De esta manera, compone para cada Cognac una armonía particular. Una alianza de aromas denominada con afecto “le mariage”. En el caso de Louis XIII, la combinación incluye más 1200 aguardientes diferentes, envejecidos durante 100 años.

Notas de cata

  • Color: una multitud de reflejos y tonalidades, van desde el dorado brillante y prolongado, hasta un color caoba, que revela notas de rojo intenso. Las lágrimas que se deslizan suavemente por la copa muestran la opulencia suprema de este néctar.
  • Nariz: en un primer momento se percibe la increíble riqueza e intensidad que aportan los “tierçons”, las barricas extremadamente atípicas e históricas de Louis XIII. En un segundo momento destacan notas florales y delicadas, por ejemplo de siempreviva, proporcionadas por lo mejor de la Grande Champagne. La última sensación es plena, revelando tonos especiados, gracias al centenario proceso de envejecimiento realizado en antiguas barricas de roble del Limousin. Las distintas sensaciones se van revelando de manera progresiva, desde el más alto grado de delicadeza, hasta la percepción de opulencia suprema. Una alquimia que se busca, escrupulosamente, en cada aguardiente premiado y seleccionado para elaborar Louis XIII.
  • Boca: en primer lugar emerge una densa celebración de notas florales y fruta endulzada. El segundo sorbo revela notas de jazmín mezcladas con matices de fruta de la pasión, jengibre y nuez moscada. Toques de rosas e iris se mezclan con aromas de higo y ciruela, armónicamente sostenidos en capas de sándalo y miel. Cuatro generaciones de maestros bodegueros han conseguido, con éxito, crear estos intensos aromas que se mantienen en boca una hora después de probarlos.

Observaciones
Las distintivas curvas de la botella actual de Louis XIII se inspiran en aquellas de la botella original de finales del S.XIX; una petaca de metal. El cambio a una botella de cristal bañada en oro de 24 quilates se produjo en 1936. La botella de Louis XIII, se ha convertido en un icono mundial. Cada pieza es única, se enumera y se sopla manualmente, requiriendo las habilidades de once artesanos excepcionales. Las dobleces que se observan en el centro de su botella parecen protegerla del tiempo, como una concha, y le otorgan una expresión atemporal única. Y la flor de lis impone el sello real grabado en el cristal.