#InsideGCP 2012: 15 nuevos amigos y una gran lección

Imagen articulo

He tenido dos experiencias con el G’Vine Gin Connoisseur Program. La primera como concursante en 2011 y la segunda, la semana pasada como invitado. En el primer caso fue desafiante, pues era tal vez mi segundo o tercer concurso a nivel local. Conocí a Philip Duff y tuve la suerte -después de haber hecho una cata olfativa y gustativa, y de presentar un cóctel creativo- de quedar como el ganador por Barcelona, y con gran opción de ser finalista por España. Sin embargo, por las características y reglas del concurso que entendí de buena manera, no terminé en la final en Cognac ese año. Y como dicen por ahí… en carrera larga hay desquite. Esta vez, sin la tensión ni el nerviosismo propios de los concursos, tuve la oportunidad de vivir una de las experiencias más enriquecedoras como barman-blogger-medio- fotógrafo-sibarita-turista-fiestero que se pueda pedir en la vida!

El G’Vine Gin Connoisseur Program (GCP) es un concurso pensado con la complejidad y calidad que un bartender de hoy en día debe tener. Los consumidores cada vez son más exigentes, saben más de los productos que les gusta y quieren que la persona que los atienda no solamente los guíe sino incluso que puedan discutir sobre las bebidas espirituosas. Este es un concurso que no sólo espera un golpe de suerte de un barman que se encontró una buena mezcla, juntando esto con aquello, dándole un golpecito de bitter y un toque ácido. Los concursos en general son cada vez más exigentes, para bartenders de tablas e inquietos. No se trata simplemente de saber una buena cantidad de recetas. Lo que se espera de un bartender en la calidad de un concurso como el GCP es que sea un ejecutivo de la barra. Un bartender con los conocimientos profundos de bebidas espirituosas, con la habilidad de entender una situación en una barra y sugerir un producto, tener cultura general para hablar con clientes, y hasta la capacidad de entender un poco de marketing si tuviese en sus manos las herramientas para crear un producto a su medida. Y por supuesto, saber de números, entender de rentabilidad. Ser el más rápido, el mejor, el más amable…Entiendo que es mucho pedir, ¡pero tuve la suerte de conocer 15 chicos que estaban dispuestos a esto y mucho más!

La tensión era general, aunque el ambiente y el calendario estaban pensados para que ninguno tuviese tiempo suficiente para ponerse nervioso. Seis pruebas en cinco días, con master class sobre producto, procesos y charlas en el medio; visitas guiadas al museo de Cognac y caminatas por la ciudad, un tour por el río Charente con final en restaurante con estrella Michellin, una tarde de piscina con una divertida cata de tequila bajando por la pata de un jamón (algo improvisado y que fue realmente divertido). Todo esto en un marco de inmejorable comida, bebida y compañerismo.

Cinco días de competición, ningún ganador por día
En la vida real nadie te dice cada día qué hiciste bien y qué hiciste mal. En el GCP tampoco. Es un concurso que apunta más a la regularidad, ser bueno cada día, el mejor cada día y esperar que al finalizar las seis pruebas estuvieses entre los mejores. Solo en un par de pruebas pudimos constatar quién se estaba destacando (como en la prueba de rapidez por ejemplo, ya que era evidente saber los tiempos). Pero como digo, sólo eran puntuaciones parciales de una prueba extensa y compleja.
 
Se podían distinguir dos grupos de concursantes: los que estaban concentrados, pensativos, y estudiosos; y otro grupo más relajado, fiestero, algo distendidos aunque sin perder el norte de estar en un concurso de altísimo nivel. Por alguna razón eran merecedores de estar representando sus locales y el cupo del país participante. Poco a poco se iban destapando las cartas, podíamos ver challenge tras challenge que se perfilaba algún diamante en bruto y ya se veían algunos con el peso de la experiencia que podrían tomar distancia.

Las pruebas que tuvieron que afrontar 

  1. Seminario y Examen. El primer día después de un seminario con el reconocido especialista en Barriles, Alban Petiteaux de Oenowood, los concursantes presentaban un examen diseñado por Petiteaux que tenía como puntuación máxima 100 puntos. En el seminario los participantes podían conocer de primera mano técnicas de añejamiento, las diferentes partes del barril, y una completa clase maestra sobre ejemplos de madera y enología. 
  2. Velocidad, precisión y técnica. Puntuación máxima 100 puntos. Una barra en iguales condiciones para los 15 concursantes y un tiempo límite de 4’25’’ para realizar cinco cócteles: Floral Martini, dos Gin & Tonics diferentes, un Jasmine, y un Negroni. Es decir, dos cócteles de trago largo directos, uno mezclado, un batido, uno directo y removido. A esto súmale la presión, memorizar los detalles de si con piel de limón, lima, o cítrico exprimido, la botella correcta con la tónica elegida, un poco de hielo por aquí, servilletas por allá, decir los precios correctamente y descuéntale puntos si pusiste un poco de alcohol de más o de menos, si algún hielo voló por la barra… Cualquiera diría después de esta prueba “Los conozco más rápidos”, si. Cualquiera lo diría, pero no con la complejidad de la puntuación basada en una métrica de Barmetrix© que puntuaba tiempo, cantidad de líquido utilizado, restando por errores de precisión y sumándole el nerviosismo de sentirse estudiado más que mirado en plena competición.
  3. Personalidad del Bartender. Una curiosa prueba en la que se simulaba estar en la barra de un bar. En donde Gaz Regan, Philip Duff y Shawn Soole, los jurados, entraban de manera improvisada a tu barra y podían en una milésima de segundo desarmarte tu discurso preparado. Contaba tu estado de humor, si te sentías seguro de ti mismo y de lo que decías, e incluso el contacto visual que tenías con tus clientes. Esto era sólo una antesala de lo que sería la prueba final.
  4. Prepara tu propio gin. Tú eres bartender y no maestro destilador. Sí, ¡cómo no! En tres rondas de cinco concursantes, una mesa esperaba a cada competidor con nueve destilados de botánicos a diferente graduación alcohólica. Alcohol base, agua destilada, un par de recipientes de laboratorio, una calculadora, papel y lápiz. En un tiempo de una hora debías presentar una propuesta de lo que sería tu propio Gin nivelando alcoholes, equilibrando aroma y sabor, y con antelación al concurso debías pensar el nombre y traer una propuesta de etiqueta. El ejercicio es realmente alucinante. Estoy seguro que muchos querrán invertir los papeles: ser maestro destilador y no Bartender J
  5. Evaluación escrita / Conocedor de Gin. En un concurso sobre G’Vine, no puedes no saber lo mínimo de Gin, y más cuándo el libro base de lectura es The Bartender’s Gin Compendium escrito por Gaz Regan, las preguntas fueron elaboradas por el gran conocedor Philip Duff, y tú teniendo qué responder con Gaz Regan y Philip Duff a tu lado. Un test de palabras mayores. Sólo para dejarte picado de lo que te pueden llegar a preguntar:

    - ¿Cuál es en tu opinión el peor cóctel preparado con Gin que goce de mayor popularidad en el mundo? Justifica con argumentos.

    - ¿Bajo qué Dinastía y en qué ciudades en particular se establecieron en China sus primeros bares y restaurantes?

    - ¿Qué cóctel con Gin sugerirías a un cliente que entra a tu bar por la tarde, un martes, que normalmente toma Hanky Pankys, pero que desea tomar algo diferente ese día? Explica tu consejo.

  6. La fiesta: The G’Vine Summer Ball. Un evento donde los 15 competidores disponen de una barra decorada a su gusto para atender los invitados. 500 puntos en juego donde el público podía votar (más de 300 invitados), con el jurado como parte del mismo y calificando técnica. Bienvenidos al desafío final y a la vida real. Tu cóctel gusta o no gusta. ¿Es tu barra lo suficientemente atractiva? ¿Tú eres lo suficientemente bueno y rápido para hacer varios cócteles sin perder los clientes que fácilmente pueden moverse unos pasos donde está el barman que tienes a tu lado? Y lo mejor de todo. ¿Se están divirtiendo los clientes que están frente a ti? Si la barra que montaste en el evento final fuera tu local, ¿estarías triunfando?
    Para complicarte un poco más la situación, estás en un país que no conoces, no conoces a ningún cliente que te está visitando y prácticamente tus clientes no hablan tu idioma.

Aquí viene la gran lección para mí: los clientes van a un lugar a divertirse, a pasarla bien, y hay pequeños detalles que te hacen romper barreras que el lenguaje no llega. La coctelería es un lenguaje universal, de sabores, olores, de detalles y decoración, gestos, momentos, ambiente. Los miras a los ojos, les sonríes, te mueves de una manera diferente, haces un poco de ruido con la coctelera, hablas un poco en tu idioma o balbuceas un par de frases en su idioma que acabas de aprender. Tu cliente se está divirtiendo y lo más importante, ¡tú te estás divirtiendo!

Si juntamos estos seis desafíos que cubren aquellas características que un Bartender hoy en día debe tener, con un sistema de calificación muy objetivo, claro, y que no da margen para el error o para decantarse por criterios subjetivos de cada jurado, tenemos un ganador. Un cheque grande y una botella inmensa de G’Vine. Tiene que haber un ganador y Shaher Misif se llevó el premio con todas las de la ley, fue muy merecido. Shaher lo tenía claro antes de finalizar la competencia (mira la entrevista que le hicimos los días previos al final). Y sus compañeros estuvieron a la altura y se fueron mejores profesionales que cuando llegaron.

Mi premio
Una botella firmada por Gaz y Philip de su ejercicio Make your Own Gin, la chaqueta de Gaz Regan que aunque me queda pequeña seguro me darán un montón de dinero en Ebay;), unos momentos imborrables en mi memoria y en mi videocámara, y 15 nuevos amigos repartidos por todo el mundo.

Puedes ver más fotos en nuestro canal de Pinterest o Facebook. La receta del cóctel The Floraison, aquí.

Imágenes
Imagen articulo
Imagen articulo
Imagen articulo
Enviado por Coctelería Creativa el